Hola otra vez a todos. Tenía muchas
ganas de hacer este artículo, porque con esta restauración me pasaron dos
anécdotas que no las voy a olvidar fácilmente, una muy graciosa y otra muy
seria.
Llego el momento de buscar otro
diamante en bruto, pero esta vez no sería solo uno, sino dos. Mi padre y yo nos
propusimos esta vez reparar dos motos en el tiempo que solíamos hacer una sola,
un pequeño y nuevo reto, y así fue, encontramos nuestras dos nuevas candidatas.
Esta vez me tocaba ir solo, ya que ese
día mi padre no pudo acompañarme, fui directo a comprar una Kawasaki KX 125 del
1998 y una Honda CR 250 de 1997 estaba muy emocionado así que fui todo el
camino pensando en que le haría a cada una y como quedarían una vez terminadas.
La primera que fui a ver era la Honda
CR, cuando llame al dueño me dirigió a una parte de su pueblo, ya que me dijo
que era complicado llegar al sitio y por una ubicación de google maps no llegaría.
Al poco rato llegue al sitio donde habíamos quedado, el dueño estaba acompañado
de su novia, y una vez nos presentamos nos dirigimos al sitio donde estaba la
moto.
Empezamos a pasar por caminos de
tierra y zonas un poco escondidas bastante bastante lejos. Y después de 30
minutos de caminos y zonas escondidas llegamos a una casa vieja medio derruida
con una puerta de garaje. Al llegar abrió la puerta del garaje y ahí estaba,
menudo maquinon.
Nos pusimos a verla y el dueño me
comentó que la bomba de agua estaba rota, había comprado la pieza nueva y se
pondría ahora en el mismo momento a desmontaría y montarla antes de que me la llevara
a casa. Aun así la probé, poco rato ya que la bomba de agua que seguía puesta era
la vieja rota, la verdad que la moto funcionaba bastante bien, solo necesitaría
reparar eso para que de motor estuviese perfecta, aunque como siempre le haría
una puestecilla a punto. Al llegar de probarla le di un vistazo rápido, mire
las ruedas, suspensión, perdidas de aceite, lo típico, todo parecía estar bien.
Viendo que llevaría más tiempo de lo
esperado poner la bomba de agua nueva, le dije al dueño de dejarlo así, que ya
la pondría yo en casa, no habría problema en dejarlo asi para llevarmela, por
lo que ajustamos el precio y listo. Le di el dinero al dueño y este a su vez a
novia, que es seguida se fue de la casa perdiéndole la pista, en ese mismo
momento nos pusimos a hacer el contra de compra-venta fui a mirar el número de
chasis y… “”DIOS…!!!!””
“”BORRADO…!!!””.
En ese mismo momento mi cabeza dio un
vuelco, caí en la cuenta en milisegundos, todo cuadraba, sitio escondido, casa
en ruinas, chasis borrado, el dinero ya lo había dado y se habían pirado con
él… ME ESTAN ROBANDO… ME QUIEREN
ENGAÑAR… ESTOY EN UN BUEN LIO…
Me volví al dueño y le dije estas
mismas palabras con voz bastante fuerte y tono enfadado “”rompemos el trato, no
quiero la moto, si es robada o lo que sea me da igual, pero devuélveme mi
dinero que me voy de aquí ahora mismo” el tío empezó a hacerse un poco el loco,
a decir que eso no pasaba nada y a quitarle importancia. Volví a insistirle con
tomo más fuerte y cabreado “que me des el dinero ya…” y cuando ya pensaba que
nos íbamos a liar a darnos palos apareció su novia con el dinero en la mano y
me lo devolvió, aun así, y no fiándome revise todos los billetes por si me
habían dado el cambiazo y estos eran falsos, viendo que no era así, me los volví
a guardar, me monte en el coche y me fui del sitio pitando.
NOTA: Siempre que compréis motos de este tipo que no tienen ningún tipo de
documentación, solo un simple papel de compra-venta, LO PRIMERO que debéis de hacer es COMPROBAR EL NUMERO DE
CHASIS, así evitareis este tipo de incidentes.
Flipando en colores me dirigí a ver la
Kawasaki KX que estaba a unos 50 minutos de este último sitio. Busque la
ubicación que me mando el día anterior y fui directo al sitio, el muchacho
estaba esperándome en su casa con la moto fuera, subida en un caballete y como
no, la moto completamente llena de barro, con los nervio de la anterior
experiencia lo primero que hice fue mirar el número de chasis y después vi la
moto como buenamente puede, hicimos el contrato de compra-venta, subí la moto a
la furgoneta y le di el dinero al dueño, todo en este orden, ya no me fiaba de
nada. Que día más loco. Esta fue la primera de las dos anécdotas.
Pasados un par de días, ya en casa y
con la cabeza otra vez en su sitio, desmontamos la moto completamente y
revisamos todo lo que teníamos que cambiar.
Lo primero que hicimos fue pintar el
chasis y cambiamos las cubiertas. Para la parte del motor le cambie el
embrague, desmonte y limpie el carburador por completo, cambio de aceite y
bujía, ajustamos la carburación y lista para pegar saltos otra vez como el
primer día.
Y la segunda anécdota fue el día que
se vendió esta moto. Me llamo un chico a las 18:00 horas y me dijo que vendría
hoy mismo a llevársela, que le pasara la ubicación, y eso hice.
Fue un poco surrealista todo, así tan
precipitado, y por lo tanto no le hice mucho caso, sinceramente pensaba que no
vendría, y mucho menos en esa misma tarde como me había dicho.
Eran ya las 23:00 de la noche, ya
estaba casi en la cama y me llaman al móvil, era el chico de antes, que estaba
en la puerta de mi casa esperando para ver la moto, sorprendido me vestí y fui
afuera, saque la moto para que la “viera”, lo pongo entre comillas, porque a
las 23:00 de la noche no había pantalones a ver nada de nada, pero bueno la
probo le gusto y se la quedo. Os preguntareis que donde está la gracia de esta
segunda anécdota. Pues la gracia esta que cuando fuimos donde había aparcado su
coche me di cuenta que había venido en un Seat Ibiza de 3puertas, y sin
remolque, aparte de eso su novia estaba montada también en el asiento del
copiloto. ¿Cómo se llevó este chico la moto a su casa? Pues con un par de
narices, abrió el maletero, echo los asientos traseros hacia delante lo que
pudo y empezó a meter esa moto grandísima en el maletero minúsculo del Ibiza. Jejejejeje…
yo flipaba en colores con lo que veía y mi padre giraba la cabeza como diciendo
“madre mía será posible esto” jejeje…
La moto no entraría nunca en la vida
dentro del coche, ni siquiera cortándola con una sierra por la mitad, jejejeje…
estoy recordándolo y partiéndome de risa a la vez. Una vez que el chico se cansó
de darle empujones hacia dentro del coche a la moto, con todo el suelo del
maletero salpicado de aceite y gasolina que había tirado la moto después de
tanto traqueteo bajo la puerta del maletero y le ato una cuerdecilla para que
no se abriera solo y… Ale… jejejeje. Media moto dentro del coche y media moto
fuera, el chico se montó en su coche, arranco y para su casa. Jejeje… No penséis
que el chico vivía cerca de mi casa, ni mucho menos, le quedaba un viaje de unos
230Kilómetros hasta llegar a la suya, que lastima no haber tenido el móvil
encima para hacer algunas fotos y ponéroslas.
Sé que no es lo mismo contarlo que
vivirlo, pero poneros en mi piel lo mejor que podáis y seguro que flipareis con
este articulo lo mismo que flipe yo en esos días.
Aquí os dejo el video de cómo fue la
restauración.
Un saludo y hasta la próxima
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